IA y salud: el caso AphaFold
En el foro inaugural de AI for Science, la compañía ha desvelado su nueva inversión en IA para "abordar problemas cada vez más complejos".
Iligencia artificial es mucho más que ChatGPT, que acaba de estrenar su nueva aplicación para ordenadores, capaz de conectarse con aplicaciones de terceros para aprender de ellas y responder mejor.
La IA generativa es la cara más visible y conocida de una tecnología que, sin embargo, lleva años aportando avances fundamentales en todo tipo de sectores. Los más importantes se centran en descubrimientos científicos capaces de revolucionar sus respectivas disciplinas. Al menos así lo consideraron los miembros de la academia sueca, que entregaron el último Premio Nobel de Química a Demis Hassabis y John Jumper (compartido con el bioquímico David Baker) por las contribuciones de AlphaFold a la predicción de la estructura de las proteínas.
Sólo unos días después de publicar el código fuente de AlphaFold 3, el gigante de Internet ha anunciado en el Foro inaugural de AI for Science, organizado por Google DeepMind y la Royal Society, una nueva financiación de 20 millones de dólares para proyectos científicos relacionados con la IA. El objetivo, según ha explicado en su blog Maggie Johnson, vicepresidenta y directora de Google.org, es "apoyar a las organizaciones académicas y sin ánimo de lucro de todo el mundo que emplean la IA [...] para abordar problemas cada vez más complejos en las intersecciones de diferentes disciplinas científicas".
La propia Johnson también menciona que esta cifra se suma a los 200 millones que la compañía de Mountain View ha invertido en este sector en los últimos 5 años. Esta financiación ha permitido consolidar proyectos como el de Materiom, que "reúne los conocimientos mundiales sobre materiales de origen 100% biológico" y propone sustitutos sostenibles del plástico. También destaca el trabajo del Women's Cancer Institute (coordinado por el Institut Curie), "que mejora la detección, el tratamiento y la comprensión del cáncer en mujeres", o la labor de Médicos Sin Fronteras en sus proyectos de investigación para "erradicar la resistencia a los antibióticos".
La estela de AlphaFold
De todos los proyectos de DeepMind, la compañía dirigida por los ganadores del Nobel que Alphabet (matriz de Google) adquirió en 2014 y se dedica específicamente a la investigación científica con IA, el mejor y más exitoso ejemplo es el de AlphaFold 3. El modelo, publicado el pasado mayo en Nature, muestra sus capacidades para predecir no solo la estructura sino las interacciones de todas las moléculas de la vida con una velocidad y precisión asombrosas. Es, según sus responsables, una herramienta capaz de transformar la comprensión del mundo biológico y revolucionar la metodología en torno al descubrimiento de nuevos fármacos y tratamientos.
Desde entonces "más de dos millones de investigadores de 190 países han utilizado AlphaFold para acelerar la lucha contra la malaria, combatir una enfermedad parasitaria muy extendida y mortal y allanar el camino hacia nuevos tratamientos contra el Párkinson", recuerda Maggie Johnson.
Vistos los frutos de este sistema para llevar "el mundo biológico a la alta definición", capaz de generar una estructura 3D conjunta que revela cómo encajan las máquinas moleculares de las proteínas, desde Google están dispuestos a apostar decididamente por la IA como motor de la próxima generación de avances científicos.